Tuesday, April 6, 2010

El Mito de la Mujer Yemenita

“Esas mujeres no conocen otra cosa”. Aquella frase, utilizada frecuentemente por mujeres occidentales para referirse a las mujeres musulmanas, refleja la amplia brecha que separa las dos culturas, como si las mujeres fieles a la religión de Mahoma vivieran en la edad de piedra, ajenas a los medios de comunicación que dominan el mundo moderno. Hace unos meses, mientras me encontraba en Santo Domingo visitando a mi familia, acudí a un programa de televisión donde la presentadora, antes de entrevistarme, comenzó a llorar por el prolongado sufrimiento de la mujer musulmana. Aquella reacción, aquel sollozo, mientras lo trataba de encajar con las experiencias que he tenido con las mujeres de Yemen, parecía una pieza redonda en un rompecabezas cuadrado. A pesar de que la mujer musulmana es en ocasión abusada y maltratada, usualmente de la misma manera en que maltratan a la mujer latina o anglosajona, la gran mayoría de mujeres musulmanas están sumamente satisfechas con su condición de vida, y son las principales promotoras de las costumbres y tradiciones que deja boquiabiertos a muchos en occidente.

Abeer es una mujer moderna bajo los estándares Yemenitas. Maneja su propio vehículo, trabaja de ocho a cinco, y se acaba de graduar de la universidad. A pesar de todo, Abeer rehúsa mostrar su rostro, y el velo que lo confirma es su más grande tesoro. “Nosotras, las mujeres musulmanas, cuidamos de nuestro cuerpo como si fueran templos sagrados”, me dice con ojos achinados, prueba de la sonrisa que se esconde sutilmente bajo la tela negra que me impide ver sus labios. “Tengo la firme convicción de que la mujer Occidental es lo más barato bajo el sol. Solo tenemos que prender la televisión para darnos cuenta que no dejan nada a la imaginación”, me dice duramente, su tono presuntuoso revelando lo orgullosa que se siente bajo las vigas de su cultura, y reflejando el mismo problema que tenemos en occidente: la tendencia a llevar al extremo las idiosincrasias de otras culturas. “Aunque no lo creas, el hombre Yemenita vive suspirando nuestra presencia. No te imaginas el control que tenemos sobre la imaginación de los hombres”, me dice coquetamente, mi virilidad insatisfecha confirmando cada una de sus palabras. “Y para que no te sorprendas, llevamos una vida social muy intensa”, me dice mientras invita a mi madre a una reunión con sus amigas, que andaba de visita en Yemen durante esos días.

Aquella tarde, mi madre se sumergió de lleno en el íntimo mundo de las mujeres por más de seis horas. Después de habernos dicho que la pasáramos a buscar a las siete de la noche, al llamarla a esa hora, nos rogó que la dejáramos “unas cuantas horitas más”. Mientras mi padre y yo andábamos como dos huérfanos por las calles de Sana’a vieja, el bullicio estrepitoso que ahogaba la voz de mi madre cuando la escuche por el celular era un excelente indicio de que la estaba pasando bien. Unas horas más tarde, mi madre llego a nuestro encuentro brotando de felicidad. Con pies y manos destellando un elaborado diseño de Henna, su rostro fulguraba de emoción como si hubiera descubierto una ciudad legendaria en medio del Amazonas. En aquel momento, antes de que mi madre abriera la boca, me di cuenta que todos los prejuicios que esta había tenido sobre el mundo de las mujeres musulmanas se habían disipado aquella tarde. “No se imaginan lo que gozamos”, nos contaba mientras caminábamos por la ciudad vieja. “Las mujeres llegaron con sus burkas y baltos, y de repente, al alzarse el camisón negro, hermosos vestidos cubrían sus cuerpos. Algunas llevaban ropa bastante provocativa”, nos decía a mi padre y a mí mientras la miraba sin aliento, con la envidia de tener más de nueve meses en Yemen y no haber podido presenciar tal visión. “Luego prendieron el radio y algunas comenzaron a bailar ‘belly dance’, algunas dominando el movimiento de sus vientres con suma destreza”, nos contaba candorosa, reubicando el mundo que había catalogado y clasificado en sus archivos mentales. “Luego encendieron carbones y sacaron las hookas, y la mayoría comenzó a fumar mientras la otra mitad sacaba las fundas de Qat. Lo más surreal de todo fue que al final, luego de haber pasado una tarde inolvidable, llena de bailes, comida, hookas, y qat, todas se volvieron a tirar el balto y la burka sobre sus vestidos, y salieron a la calle como si nada hubiera pasado”.

Debajo del camaleónico vestuario que confunde a los ingenuos, la mujer Yemenita domina múltiples esferas de poder en el ámbito social de este rincón de la península arábica. Existen decenas de reglas en los gravámenes mentales de la población que elevan a la mujer sobre el género masculino. Por ejemplo, cuando una mujer camina por la calle, es necesario que los hombres a su alrededor le den suficiente espacio para que sus cuerpos no coincidan casualmente. Esta costumbre, que le otorga a la mujer casi un metro de área en su paso por el mundo, es endorsada por casi toda la población, la mayoría de hombres corriendo aspavientados cuando un grupo de mujeres los embisten en su dirección. No han sido pocas las veces que me han puesto la mano sobre el pecho, empujándome caballerosamente para que le de paso a una mujer que viene a un brazo de distancia.

Otra costumbre, en este caso personalmente desesperante, incluye siempre dejar un ancho espacio entre hombres y mujeres en los vehículos públicos. En los carros de transporte de Sana’a, al solo tener dos hileras de asientos, los hombres y mujeres juegan un juego bastante divertido: Cuando una mujer se sienta en una hilera, los hombres tienen que dejar un asiento entre ellos y la mujer. Es por esto que cuando la hilera de hombres está llena, y hay un hombre y una mujer sentados en los extremos de la otra hilera, el vehículo no acepta mas pasajeros, a menos que uno de los hombres salga del vehículo, y el que está sentado en la hilera extrema al lado de la mujer se mude al asiento de los hombres, y así sucesivamente, haciendo del contacto entre sexos opuestos todo una odisea. Hace unos días, tuvimos una reunión general en mi pueblo, Hais. La larga mesa que alquilamos tenía justa capacidad para la cantidad de personas presentes. Hassan, uno de los Yemenitas más conservadores que conozco, se sentó a mi lado. A su diestra, una de las empleadas de la central en Sana’a tomó asiento, y ahí comenzó el dilema de Hassan. Luego de casi tirárseme arriba moviendo su silla lo más lejos posible de la fémina que se encontraba a su lado, todavía su corazón no estaba tranquilo. Su cuerpo claramente desplegaba todos los signos de una persona incómoda, como si algún elemento radioactivo estuviera calcinando sus nervios. De repente, luego de cinco minutos de muda desesperación, se disculpó de los presentes y se apareció con otra silla, lista para ponerla entre su asiento y el de la mujer. Para lograrlo, claro está, yo tuve que dejar mi puesto en la esquina de la mesa, y ocupar un lugar en el vacío, para poder otorgarle la tranquilidad que aspiraba su alma.

Detrás de sus burcas, la mujer yemenita conoce al mundo, pero el mundo no las conoce a ellas. Navegan secretamente las aguas de su género, logrando lo que la mujer occidental todavía no ha podido lograr: inculcarle el deseo de matrimonio a todos sus pretendientes. El hombre yemenita, hastiado de vivir en un mundo dominado por el calloso contacto masculino, sueña como un poeta enamorado con el día de su unión al sexo opuesto, enaltecido por las canciones de amor y de boda que suenan en la radio. Mientras tanto, las mujeres siguen riéndose debajo de sus burkas, viviendo en la libertad de su supuesto anonimato. Pero claro, “esas mujeres no conocen otra cosa”.

18 comments:

  1. Hey Alan, traete un chin del Qat en tu proxima visita a Santo Domingo, para chequear ese asunto, claro, desde el mas puro sentido científico...ejem.

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  2. Quien es el comentarista anonimo? Sin saber tu identidad, no tendre la suficiente motivacion para arriesgar mi libertad por un poco de Qat....=P

    Alan

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  3. lol. dito loco.
    mira, bueno no, mejor no digo nada!

    pregunta, porque es el ultimo? one year is over?! cuando vienessssssss?! text me!

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  4. Wow nunca habia leido este blog! siempre veia que Remo ponia los post pero nunca me habia dado la curiosidad de leer, pero bastante interesante, te felicito!! Wow estoy realmente impresionada.

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  5. es gracioso como a veces la gente, mientras uno le intenta contar cosas del extranjero, le quiere poner palabras en la boca y que luego uno debe corregirles, para hacerles caer en cuenta que el mundo no es una "esfera perfecta" como las pinta nuestra propia imaginación.
    da algo de gracia (y pena) que gente que tal vez no ha cruzado el Artibonito crea que no hay otras formas de vivir, y que eso se refleja en nuestra entera sociedad dominicana, en la que la tolerancia pasa como un suero amargo.

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  6. la verdad es que estoy sorprendida de lo que he leido. No pense que fueran asi las cosas, de este lado del mundo se nos muestra solo el maltrato y las limitaciones que padecen alla. En cierto modo me alegra que en su mundo desconocido para nosotras, ellas sean felices y libres. Gracias por iliustrarnos con tus historias. a propósito..qué es el qat?

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  7. wow, es cierto lo que dices nosotras las mujeres occidentales con todo nuestro exibicionismo no hemos podido lograr lo que las musulmanas han logrado,
    1ro. Despiertan el interes de los hombres de casarse...

    2do. ademas reciben una dote antes de casarse, (obligatorio) y no las llaman interesadas como a nosotras...
    3ro. las respetan y no se atreven a faltarle a tocarla...
    4to. ademas no tienen que ser "super mujer": bella, delgada, que trabaje, cuidar al marido, la casa, los niños ect... como se le exige a las de occidente. oyeme como q ya me esta dando envidia, jejje

    Nathalia

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  8. i think u write in a good way, i want to tell u that i agree with Abeer, women are expencieve in islam.

    Sahar

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  9. De estas vivencias podrias escribir un libro muy interesante.

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  10. Definitivamente se sienten ser super caras!!!!!Es increible el poder que tienen detras de esa burca

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  11. Creo que el titulo de mujeres musulmanas es muy amplio y no se debe de confundirse con la mujer musulmana de Yemen con mujeres de otros paises musulmanes. Creo que no es bueno generalizar porque el titulo es bien amplio. Una cosa es el Islam y otra la cultura. En general se tiende a mezclar la cultura con la religion y es ahi donde caen los males entendidos. Las mujeres en el mundo tenemos mas en comun, que en las diferencias. Unos de los mayores errores en el occidente es de confundir las costumbres de la cultura con el Islam. Por ejemplo muchos creen que las mujeres usan el velo en la cara por el islam y no es cierto. Las mujeres en algunos paises musulmanes lo usan por la cultura.

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  12. Soy una dominicana musulmana he estado en Arabia Saudita, Mecca, Medina, Riyadh, Egipto, Dubai, Marruecos y Estados Unidos. Mis amigas musulmanas son de Pakistan, India, Malasia, Singapore, Indonesia, Korea, China, Libia, Siria, Libano, Palestina, Iraq, Somalia, Afganistan, Bangladesh, Reinos Unidos, Mali, Etiopia, Yemen durante mi vida y les puedo decir que todas son diferentes. No podemos ponerlas todas bajo un mismo titulo. Mi especialidad en la universidad era el idioma Arabe. Uno de los temas mas fascinantes que he podido estudiar ha sido la cultura de la mujer arabe. Insisto, la cultura de la mujer Yemenita no es una representancion de la mujer musulmana.

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  13. Hola lectora Anonima,

    Creo que tienes toda la razon. Le he cambiado el titulo al escrito, para no confundir a los lectores. Mi intencion siempre ha sido aclarar a nuestro pueblo, que desconoce esta cultura totalmente, y se guia unicamente de las noticias superficiales, algo que siempre he considerado peligroso, y que puede desembocar en prejuicios y repulsion. Creo que como dominicana musulmana, y conocedora de ambas culturas, es mas tu deber que el mio escribir sobre tus experiencias para que tus opiniones no solo queden en estos pequenos espacios, sino que puedan trascender y ayudar a que occidente y oriente puedan entenderse un poco mas. Te dejo con esa mision.

    Un fuerte abrazo y gracias por los comentarios contructivos,

    Alan

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  14. Hola Alan,

    Gracias por cambiar el titulo porque como musulmana no me sentia identificada con algunas de las ideas. Siento gran admiracion por el excelente blog que tienes. Lo he estado siguiendo desde un principio. Creo que haces una gran labor al dar a conocer el lugar donde estas. Te felicito porque el trabajo que estas haciendo es admirable. Estas ensenando la otra cara de una cultura donde en el occidente solo se conoce por los periodicos sensacionalista. Por favor, no tomes mis sugerencias como una critica negativa. Es todo lo contrario, quisiera aportar un poquito desde el punto religioso. Desafortunadamente como en todas las religiones la gente tiende a juzgar una religion basada en sus devotos. En este caso el Islam es mal entendido porque vemos como actuan algunos musulmanes. Ya ves, ahi esta el caso de los terroristas que hacen y deshacen en nombre del Islam. La experiencia me ha ensenado que en algunos paises como Arabia Saudita se cometen barbaridades y quieren enmascarar sus razones detras del Islam. Tristemente veo que muchos musulmanes se aprovechan de la religion y la utilizan como un arma de poder para subyugar a los demas. En los pueblos donde la cultura es muy fuerte y la educacion es carente la gente usa el Islam para cometer atrocidades.

    Me recuerdo que cuando recien llegue a vivir a Arabia Saudita la gente te decian tantas que me dejaron impresionada. Con el tiempo me doy cuenta que hay muchas cosas que dicen hacer por el Islam y si ves un poco mas lejos, en realidad no tiene nada que ver con el Islam y la razon esta en la cultura. Por ejemplo, para muchos musulmanes el Qat, el cigarrillo, las pipas de agua y otras hojas que se consumen se consideran prohibido porque afectan al cuerpo humano negativamente.
    De alguna forma la gente le ha encontrado una excusa en el Islam para usarla. Ese seria un debate interesante.

    Siempre tienes que hacerte la pregunta, esto se hace por la religion o por la cultura? Mientras mas conocimientos adquieres mas te das cuenta de lo complicado y entretejido que estan la religion y la cultura. Pero la religion es precisa y al hombre no gustarle la respuesta de la verdad, entonces enmascara y adorna la verdad para adaptarla a su realidad o a su conveniencia. Por ejemplo, la practica de casar novias jovenes. Un buen musulman no haria eso. Lo contrario, se condena. Los tiempos han cambiado. La novia tiene el derecho a no aceptar y los padres deben de respetar esa decision. Pero, ahi esta, es una practica que esta en la sociedad.

    Cuanto me gustaria escribir mis experiencias en un blog, pero en estos momentos no tengo el tiempo suficiente de dedicarme a eso. Tengo ninos pequenos que necesitan de mi todo el tiempo por ahora. Tal vez, en un futuro me encantaria compartir mis experiencias. Porque veo a la mujer Saudita moderna (como ingeniera, pero que no puede manejar) que trabaja en companias petroleras al lado de hombres. Y a la vez veo a la mujer tradicional que por razones de la sociedad tiene que asumir el rol detras del marido.

    Eres valiente por irte a un pais donde las cosas son bastante diferente.
    Segun me han dicho el hombre Yemenita es bien interesante porque es bien orgulloso de sus raices. Se dice que los arabes salieron de esa region. Es muy fuerte en sus convicciones y no sede ni cambia de parecer facilmente. La cultura de la tribu es bien fuerte. No estan tan abierto a las posibilidades de cambio. Hace algun tiempo era asi en Arabia. Las cosas estan cambiando poco a poco en algunas ciudades de Arabia. La falta de educacion y la economia no ayuda a Yemen para que avance. Entre los Arabes, los Yemenitas se distinguen por ser honorables, orgullosos y leales.

    Buena suerte en tu diario afanar. Yo me quejo del clima de Arabia, ni siquiera quiero pensar en el calor de Yemen.

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  15. ¡Vamos muchacha, si cada dia, sacas media hora, sólo media hora! Podrás hacer lo que Alan te sugiere...y así pones tu granito de arena,...anda! no seas tacaña, ni te hagas de rogar, seremos felices leyendo tu blog....no te arrepentirás de darnos esa pastillita de AMOR....Tu escrito revela una mujer realmente ilustrada...al escribir tú serás la más feliz...Gracias. Soy Iguaniona.

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  16. creo que estas hablando de la mujer musulmana de un estatus socioeconomico alto, eso cambia el panorama aqui y en china. porque no llevas a tus familiares a visitar lo mas lugubre del sistema islamico donde la mujer es humillada hasta la muerte, no creo que tu mama seria tan feliz, tampoco disfrutaria un pais donde le arrebatan a las hijas por unos cuantos pesos y que sabe que sera usada sexualmente por un hombre 20 años mayor si bien le va, creo que asi no se la hubiera pasado nada bien.

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  17. Alejandra, vivo en una de las zonas mas pobres del pais mas pobre del mundo arabe. Esas visiones de hombres maquiavelicos humillando a todas las mujeres a su alrdedor y 'arrebatandole' las hijas por unos cuantos pesos es una vision sumamente prejuiciada y falsa. No se donde vives pero todos los paises tienen sus psicopatas y problemas sociales, pero jamas debemos generalizar a una religion, y tildarla sin conocerla. Un abrazo!

    Alan

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  18. soy yemenita y logre salir del pais y lo que tu cuentas no es ni la mitad de la verdadera historia, realmente aun estas afuera de la burbuja.

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