Abeer es una de mis mejores amigas Yemenitas. Aunque no tengo idea de como luce su rostro, la pulgada desvelada que descubre sus ojos ha sido suficiente para establecer una amistad. Por esta pulgada, Abeer, y la gran mayoria de mujeres Yemenitas, se ven forzadas a expresar su alegria, sus temores, sus sueños, y la esperanza de un futuro mejor. Es por esto que los ojos de las mujeres en este rincon olvidado de Arabia parecen tener vida propia, como si estos hubieran aprendido luego de siglos de ser la unica ventana al mundo, a decirlo todo sin necesidad de hablar
Segun me cuenta, Abeer proviene de una familia moderadamente tradicional que ha residido en la capital por muchos años. Su generacion, que ha sido ligeramente influenciada por las tendencias liberales provenientes de Occidente, dia a dia batalla con algunas de las expectativas sociales que todavia siguen muy prevalentes en Yemen.
Hace unos meses, Abeer dio fin a su relacion con Ahmed. Luego de que este hablara con su familia y la hiciera su prometida, Abeer, como es de costumbre, comenzo a pasar mucho tiempo en casa de Ahmed. La madre de Ahmed, Zara, proveniente de un pueblo en Rub-Al-Khali (el mar de arena mas sobrecojedor de la peninsula Arabica,
Thursday, July 30, 2009
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