Thursday, December 10, 2009

La Peculiar Historia de Hassan Zuheiri, Parte 3

Yemen es una caja de sorpresas, incluso para aquellos que viven y mueren en la desolación de su infinito paisaje. Las costumbres de una región pueden ser tan diferentes a las de otra, que el lenguaje cultural puede enmarañar una situación de tal manera que resulte en lo sucedido a Hassan en su noche de bodas. “Amor mío, no te imaginas lo que he esperado este momento!”, le comenta seductoramente a su esposa, que se ha postrado a su lado delicadamente luego de la larga celebración. “Y para donde crees que vas?”, le responde su mujer sorprendida. “Sabes muy bien que tienes que darme trescientos dólares antes que te permita tocarme”, le explica sobrecogida, indignada por el atrevido que se ha lanzado al ataque de manera despavorida. “Pero si ya le he pagado casi dos mil dólares a tu padre!”, protesta Hassan desconsolado, sintiendo la impotencia que sienten los corderos antes de ser degollados. “Pero y cómo es posible que hoy, un día tan especial para mí, me saltes con algo así?”, grita el brioso y desesperado valiente aullando la angustia de sus diez mil noches de soledad. “Si quieres lo hablamos mañana con mi familia”, murmura su mujer, agitada por la reacción inesperada de su marido. “Pensé que sabias mi amor”, susurra su esposa discretamente. “Bueno, pues no tengo dinero, así que vamos a ver lo que hacemos. Si tengo que firmarte un pagaré para resolver este problema lo haré”, balbucea tristemente el afligido mientras se acuesta en su cama desalentado. La mañana siguiente, el equipo televisivo dominicano inaugura un nuevo día en el Tihama con un apremiado cafecito Santo Domingo, alistándose para celebrar el ultimo día de la esperada celebración. Mientras el vehículo se adentra por los callejones polvorientos que conducen a la casa del disgustado esposo, media docena de hombres bañados en lodo danzan al compás del ardor del mediodía. Sus pies descalzos sacuden el alma de Hais al son de ritmos áfrico-arabescos como camaleones de arena emanados del sol. Mientras me apeo del vehículo, observo a Hassan enseriado conversando con los padres de su mujer. “Esto es inaceptable”, le murmura modosamente Hassan a sus suegros. “Mi director, Nagi Khalil, nos ha regalado tres noches en un hotel de lujo en Sana’a, y es absurdo que viajemos hasta allá para mirarnos la cara por tres días”, explica el atragantado cónyuge. “Hassan, lo que podemos hacer es firmar un contrato en el que ustedes se pongan de acuerdo. Tal vez le puedes pagar una mensualidad fija por unos meses”, expone el suegro, tratando de aliviar la situación. Su esposa, al escuchar a su padre definiendo la conclusión del incomodo asunto, decidió aceptar las condiciones ofrecidas por su familia. Luego de finalizar la magnánima sesión de Qat que pone fin al último día de la celebración, donde más de cien hombres se sientan a masticar por interminables horas la hoja nacional, Hassan y su mujer se fueron a Sana’a de luna de miel. “Por fin amor mío, nuestro momento ha llegado”, le musita Hassan a su mujer mientras su boca se pierde en el tembloroso cuerpo de su amada. Luego de colocar una sábana blanca debajo de sus entidades, el acto se consumió de manera trágica. Mientras la sangre corría alborotada por entre la cama nupcial, Hassan decidió salir corriendo al hospital con su mujer en mano, ajeno totalmente a la naturalidad de la situación. “Les recomiendo que no lo vuelvan a intentar por cuatro días”, recomienda el doctor, sobrecogido por la intensidad con la que fue afrontado por la espantada pareja. Una semana después, el contrariado par se dirigía orgullosamente hacia Ramada, el pueblo natal de la esposa. Al llegar allí, la sábana blanca revestida de sangre fue imperiosamente desplegada en todo el pueblo, demostrando olímpicamente la pureza de la mujer y el honor cabal de su familia. Los siete cuñados de Hassan salieron con sus respectivas Kalashnikovs a celebrar gozosamente la integridad de su hermana, confundiendo las ráfagas con los fuegos artificiales que ya habían comenzando a lanzar los niños locales. En aquel glorioso momento recibo una llamada de Hassan, y entre risotadas y jolgorios me confiesa lo feliz que está de haber encontrado la mujer de su vida. Espero que así sea.

8 comments:

  1. Eso solamente lo entiende aquel que vive en esas culturas. Dios Santo!!! Que diferentes son nuestras creencia respecto a esos temas!!!Hassan que seas muy Feliz!!!! algo bueno veo en todo esto: Por lo menos te llevaste una mujer con caracter!!

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  2. Bueno en esos paises le dan demacida importancia al tema de la virginidad... Y si no es virgen que? Deja de ser una buena mujer por eso?

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  3. me tenias comiendome las uñas jejeje.
    Felicita a Hassan de mi parte que bueno que al fin consiguio a su amada.
    Un abrazo

    Rosa

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  4. Yernito felicitanos a Hassan que ojala sea esa el amor gran amorch de su vida y allah los bendiga .... ya solo te falta una semanita y estas en casa de nuevo. Besos

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  5. Completamente subreal mi hermano!! vaya locuras!!! que historia esta mas increible!! que contraste Dios mio!!! hermano mio que increibles historias, vivir para contarlo!!!

    William Ramos.

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  6. Wey, Alan, saluda a Hassan dile que el es famoso en R.D. jejejee. k bacano el pobre Hassan ya vio a linda como decimos aki, Amarró la chiva xD jajajjaja.

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  7. al finn el pobre hassan probro de la fruta prohibida.... ahora esa mujeres seran muy puritanas pero no cojen corte con sus cuartos...

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  8. Increíble la emoción al ver que la hermana se casó virgen! Increíble...

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