Kabir Mushkila (Un Gran Problema)
Las bocanadas de humo bailan sensualmente en esta apocalíptica visión de cafetería. Es el lugar más acudido en este poblado olvidado en medio del desierto. Las telarañas cubren todas las esquinas y el fuego del cocinero invade la intimidad de los visitantes. El suelo de tierra es ligeramente encubierto por varias lonas agujeradas que acarician las calvas y cabelleras de los clientes. Al caer la tarde, los hombres Haysianos han terminado de masticar su narcótico preferido, la venerada hoja de Qat, y ahora se reúnen para quitarse la amargura que ha quedado en su boca con una melificada taza de té y un cigarrillo retozón. Octubre por fin comienza a sentirse, en el sosegado calor que ya comienza a disminuir su agresión contra las sombras. “No sé lo que voy hacer”, me comenta Khaled, un personaje local que cabizbajo me confiesa el enorme problema que lo atormenta desde hace días. “Los hermanos de mi prometida amenazan con quitarle la vida si se casa conmigo”, me comenta confundido, su rostro entonando los gestos albergados en la parte más oscura del alma humana. “Dicen que como mi padre tiene sangre africana, no soy árabe puro”, indignado me confiesa. “Pero como que van a matarla! ¿Me imagino que no están hablando en serio, verdad?”, le comento alarmado, mientras encrespado trato de apaciguar mis ansias. “No conoces a esta gente Alan, son capaces de cualquier cosa”.
¿Será verdad?
En Yemen y en otros países del Medio Oriente, los crímenes de honor son lamentablemente comunes. Muchas familias están dispuestas a quitarles la vida a sus propios familiares, si estos de alguna manera amenazan la reputación de su clan. La mayoría de víctimas son mujeres que han cometido adulterio, han rechazado una boda concertada, o han sido víctimas de alguna agresión sexual. También se ha dado el caso de familias aplicando la dura ley cuando descubren tener algún hijo homosexual. Generalmente, los agresores les comunican a sus vecinos que su familiar se ha ido de viaje al exterior y que no va a regresar por un largo tiempo. En muchos de estos países la ley condona este tipo de crímenes. En Jordania, el artículo 340 del código penal establece que “aquel que descubre a su esposa o a cualquier mujer de su familia cometiendo adulterio, y este mata, hiere, o lesiona a cualquiera de estas, la persona estará fuera del alcance de la ley”. La razón detrás de esta práctica milenaria se debe a la creencia de que una mujer impura destruye no solo su reputación, sino el nombre y el honor de toda su familia. En algunos casos, la madre puede apoyar un crimen honorifico para preservar el honor del resto de sus hijas, ya que muchos hombres se niegan a casarse con la hermana de alguna mujer que haya cometido algún acto impuro si la familia no le aplicó la ley de honor. En fin, la UNDP estima que anualmente las víctimas de crímenes de honor superan las cinco mil víctimas.
La Disyuntiva de Khaled
Es por esto que el rostro de Khaled expresa emociones muy reales. “Olvídate de Lamis y utiliza el dinero que tienes ahorrado para casarte con cualquier otra mujer”, le aconseja Bakheel, un sabihondo largo y flaco que enseña a sordomudos hablar por señas. “Llévate del ejemplo mío y de Abdullah, ya que ambos nos casamos con mujeres que no conocíamos y pudimos forjar familias muy exitosas. Acuérdate que el amor surge antes o después del matrimonio. El orden de los factores no altera el producto”. “Creo que eso haré, Bakheel”, nos confirma Khaled, ya desesperado por conseguir una compañera luego de treinta años de soledad. “Lo difícil es que después de más de un año de compromiso, todavía ni le he podido ver la cara a esa bendita mujer”, amargado nos murmura. Mientras miro a mí alrededor y observo la multitud de hombres bebiendo té en este insólito lugar teñido de matices dantescos, solo me acuerdo de una expresión que decía la madre de un amigo: “Agarren a sus gallinas que mi gallo anda suelto”. En Yemen, todos los gallos andan sueltos, pero las gallinas no hay quien las agarre.
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Bueno Yerno que triste este relato despues de sonar con esa boda y juntar los chelitos no es facil, pero como dice la Biblia el Amor todo lo soporta, esperemos en Dios que todo ese problema se solucione para que el pueda realizar su Amor. Sigue escribiendo aqui esperarmos con ansias sus vivencias. Dios te Bendiga, hijo..
ReplyDeleteayayay!! vaya vainas... que leyes hermano!! esas gallinas no hay quien las agarre tienes toda la razon :P muy bueno bro...
ReplyDeleteBueno la realidad es que por mucho que queramos justificar la cultura Yemenita, la religion musulmana, el coran, etc...no hay otra cosa que pensar que esta gente todavia tiene una mentalidad medieval. Cada dia doy gracias por haber nacido en mi media isla de RD...con todos y nuestros defectos
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