Revisitando el Islam

Hace un par de días salió un artículo en CNN con el siguiente titular: ‘El Islam es la religión con el más rápido crecimiento a nivel global; 25% de la población humana musulmana’. Qué significa esto para los millones de ciudadanos que vivimos en Occidente, que asustados observamos la televisión con nuestros ojos brotados todo lo que se nos presenta sobre la religión de Mahoma, que subliminalmente se nos exhibe con una onza de barbarie y un gramo de atraso? Primero, cojan un buche y cójanlo suave. Segundo, dense una vuelta por la librería local y cómprense el Corán, para que por lo menos tengan una idea de lo que significa ser Musulmán. Tercero, eliminemos todo lo que creemos saber, y cambiémonos el disco duro mental. Para asegurar nuestra supervivencia, es imprescindible que tomemos el borrador y nos saquemos toda la basura que nos han inculcado sobre la ‘barbarie Islámica’, ya que realmente no es beneficial para nadie que nos pasemos los próximos siete siglos repitiendo las Cruzadas. Luego de casi tres meses residiendo en uno de los lugares más remotos de Yemen, país considerado por la revista Times como el próximo Afganistán, quiero destilar las diferencias morales que separan los sistemas de comportamiento que caracterizan a los países Occidentales, y los que caracterizan a este país, uno de los lugares más homogéneamente Islámicos sobre la tierra. Luego de recibir decenas de comentarios de múltiples lectores, me he dado cuenta que es mucho más fácil reconocer la injusticia, la inmoralidad, y la infamia que existe en otros países, antes que las que plagan nuestro patio. Es posible que esta posición espontánea que rápidamente adoptamos para adjetivar a otros sea un mecanismo de defensa para no afectar nuestro ego patriótico. Pero en fin, sigamos con el tema. Soy un fiel creyente de que todos los rasgos culturales que caracterizan a una nación, en algún momento u otro, sirvieron para garantizar la supervivencia de la especie. El Corán es un gran ejemplo de esta teoría. En la época de Mahoma, la península arábica era un lugar extremadamente difícil, ya que como ahora, los recursos eran muy escasos, y la única forma de sobrevivir era utilizando la violencia. El Corán está totalmente moldeado por esta circunstancia histórica, y muchas de las costumbres y tradiciones que se observan hoy en día son productos directos utilizados para combatir los problemas que plagaban la península arábica en aquella época. Hoy en día, de las diferencias más significativas entre las dos sociedades es que el musulmán practica su religión de una manera sumamente disciplinada, y trata de incluirla en todas las facetas de su vida. En cambio, en Occidente, practicamos nuestra religión totalmente independiente de nuestra visión global. La mayoría de personas que asisten a las iglesias lo hacen más por tradición que por convicción. En Yemen, y en la mayoría de países Islámicos, la religión se practica de una manera casi obsesiva, la mayoría habiéndose leído el Corán decenas de veces, muchas de ellas con capacidad de recitar el libro completo de memoria. Esta diferencia es lo que divide nuestros pueblos: la visión global del musulmán está sumamente cargada del esoterismo Islámico, y su visión de la realidad está totalmente infundida de un carácter religioso. En Occidente, aunque muchos son ortodoxos en sus prácticas religiosas, la gran mayoría tiene una visión secular y científica de todos los asuntos globales que afectan el mundo contemporáneo. Cuáles son las ventajas y las desventajas de estas diferentes visiones globales? Analicemos primero lo que significa esto en el plano moral. Ya que la dinámica entre hombres y mujeres es una de las facetas más criticadas de esta área del mundo, comencemos por ahí. Aunque es cierto que existe una amplia segregación entre los dos sexos en este recóndito país, muchos de los problemas familiares que plagan nuestro país son muy poco frecuentes en Yemen. Por ejemplo, las tazas de adulterio en este rincón de la Península Arábica son ínfimas, característica que mantiene la unión familiar mas cohesiva y enérgica. También, la dificultad de conseguir una pareja sexual casual influye enormemente en el deseo de formar una familia, ya que la única manera de tener relaciones sexuales regularmente es poniéndose el anillo. Esto disminuye las tasas de enfermedades venéreas y aumenta las posibilidades de que las familias disfruten de mayor estabilidad y fortaleza. Aunque la posición de la mujer definitivamente está por debajo del hombre, condición que esperemos que avance en este nuevo siglo, el hombre yemenita le tiene un enorme respeto al género opuesto, y la mayoría de hombres que he tenido el placer de conocer raramente hablan sobre temas que de alguna u otra forma degradan a la mujer. También, en el aspecto de la seguridad, el crimen común en Yemen es sumamente bajo. Los atracos, los homicidios, el consumo de drogas, las violaciones, y otras plagas que afectan nuestras sociedades raramente ocurren en Yemen. Aunque es cierto que se está llevando a cabo una guerra civil en el norte que cobra vidas diariamente, y ha habido atentados contra los intereses Occidentales, estos crímenes están directamente motivados por la misma religión, que de nuevo vemos moldeando estas transgresiones sociales. Para concluir, tenemos que darnos cuenta que sentados en nuestros sillones viendo televisión y navegando en internet, la información que se nos presenta sobre este interesante mundo siempre nos llega de manera incompleta y deformada. Ya que un cuarto de la población humana es musulmana, es nuestro deber y salvación que comencemos a profundamente entender, a tolerar, y a apreciar el Islam como otra fuente de sabiduría. Es posible que esta sea nuestra única solución para asegurar el futuro de nuestra progenie.

Paz