Tuesday, August 25, 2009
El Espiritu de Ramadan
Soy uno más en esta jauría de hombres hambrientos. Todos estamos plenamente concentrados en nuestra mesa. Las bocas están selladas; ya nadie tiene fuerzas para estar dialogando. Las mesas están cubiertas de todos los alimentos que puede albergar la imaginación. Mientras el restaurante se sumerge en un tenso silencio que parece durar toda la eternidad, nuestros oídos están sintonizados con los altoparlantes de las mezquitas que ya en cualquier momento pondrán final a la angustia colectiva. Cinco, cuatro, tres, dos, uno; Hodeidah se ahoga en la anhelada cadencia; se ha desatado la furia! Con la soberbia de un huracán, más de doscientos individuos hemos comenzado a aplacar el hambre que nos había torturado toda la tarde. Mientras mastico, por primera vez entiendo lo que significa vivir en una cultura pluralista. Significa que no hay nadie en este pueblo que el día de hoy no haya guardado ayuno. Explica la razón por la cual todos nos pongamos la misma ropa (sí, yo también!), oigamos la misma música (ahi me excluyo), y aceptemos las cosas como son, sin cuestionar mucho las razones ni el estatus quo. Por eso estamos todos aquí, con un hambre de perros, todos compartiendo este momento juntos. Aunque esta idea a muchos Occidentales les parece aterradora, ya que en cierta forma es un suicidio del ego, hay una cierta serenidad en el alma, una alegría común, una cierta familiaridad que penetra el ambiente, y una fuerte conexión con aquellos que te rodean. Mientras disfruto de unos dátiles que mágicamente cubren todo mi paladar, empiezo a comprender la razón por la cual cada vez que entro a un restaurante, muchas de las mesas me invitan a comer de sus platos. Deduzco la razón por la cual todo el mundo parece estar continuamente dándole dinero aquellos que andan pidiendo (aunque estos no tengan nada sobre la cual caerse muertos!). Y sobre todo, entiendo la razón por la cual en esta enorme tribu llamada Yemen, con todo y su extrema pobreza, existe una enérgica solidaridad que supera todos los obstáculos que interfieren en la supervivencia de sus orgullosos habitantes.
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uuuf...otro post para la historia alan.
ReplyDeleteespero k ya manana tengamos otro !!
Hola Alan
ReplyDeleteWellington me envió ayer la dirección del blog. Seguido empezé a leer, no pude parar.
Guillermina también se interesó y hacemos comentarios sobre tus escritos.
Te Felicitamos.
No desmayes, aprovecha todo momento para empaparte de esa interesante cultura.
Y sigue escribiendo, que te sentimos más cerca y aprendemos de tu experiencia.
Wellington y Guillermina
Wow, eso debe ser muy fuerte.
ReplyDeleteencontre tu blog hace algunos dias, y de verdad me encanta leerlo, me gusta mucho saber sobre esa cultura, que por aqui pocos sabemos sobre eso. sigue poniendo tus posts que son buenisimos y de mucha calidad. una pregunta, como te conectas a internet??
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