La religión Islámica es el eje central de la maquinaria cultural Yemenita. Su influencia se descubre en el ambiente de la misma manera en que el oxigeno se revela en el aire. En todos los poblados, por pequeños que sean, hay una mezquita que postra a la mayoría de rodillas cinco veces al día, por medio del conmovedor llamado a la oración que infunde en el ambiente un aura de misticismo y encantamiento. Imaginarse que cada vez que se oye aquella cadencia, alrededor de un billón de personas en todo el mundo se arrodillan a alabar a Dios. Y de la misma manera en que la mayoría de costumbres, tradiciones, y ritos se pueden justificar en el Islam, el lenguaje árabe está completamente rebozado de palabras y frases que de una manera u otra pregonan la solidaridad Islámica, y hacen que sea casi imposible de separar el idioma de la religión.
Inshallah es sin duda la palabra más utilizada en Hays. La palabra define la idiosincrasia de este pueblo perdido, que basa todas sus esperanzas en el “Si Dios Quiere”, o en el “Dios Mediante”. Es como si la voluntad personal la hubieran abolido y solo quedara el Inshallah, que por arte de magia, mueve y articula todas las facetas de estos habitantes. Al principio me desesperaba, ya que a muchas de las órdenes eran recibidas con un Inshallah, que en mi entender desliga la responsabilidad personal para dejarle la carga a Dios, que tal vez quiera o no quiera. Pero luego de estar aquí dos semanas, y poco a poco comenzando a entender los caprichos de esta tierra, sus carencias y abundancias, sus padecimientos y tribulaciones, la palabra lentamente se ha vuelto parte de mi propio vocabulario, ya que realmente nunca se sabe si las cosas van a salir como uno quiere. De verdad que a veces es mejor que Dios decida.
Friday, August 14, 2009
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Hacer la voluntad de Dios!! bien, bien!
ReplyDeleteSabes? Hasta ahora no habia encontrado otra persona que lo viera como una irresponsabilidad y dejadez.
ReplyDeleteNo critico la parte de la fe, que es muy personal, pero soltar todo asi?
Es hasta holgazaneria! Tenemos que diligenciar las cosas que queremos, aunque no haya certeza, y si no salen como uno quiere, amen. Pero no podemos darnos el lujo de dejar de hacer algo al respecto.